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Responsabilidad social corporativa (página 2)



Partes: 1, 2

II.- MARCO
TEORICO

Acepciones de Responsabilidad Social Empresarial o
Responsabilidad Social Corporativa

Aunque no hay un criterio de consenso respecto al concepto de
Responsabilidad
Social Corporativa (RSC), también llamada
Responsabilidad Social Empresarial (RSE), la misma puede
definirse como la contribución activa y voluntaria de las
empresas al
mejoramiento social, económico y ambiental con el objetivo de
mejorar su situación competitiva y su valor
añadido.

La Responsabilidad Social Corporativa, va más
allá del cumplimiento de las leyes y las
normas, dando
por supuesto su respeto y su
estricto cumplimiento. En este sentido, la legislación
laboral y las normativas relacionadas con el medioambiente
son el punto de partida.

El cumplimiento de estas normativas básicas no se
corresponde con la Responsabilidad Social, sino con las obligaciones
que cualquier empresa debe
cumplir simplemente por el hecho de realizar su actividad.
Sería difícilmente comprensible que una empresa
alegara actividades de RSC si no ha cumplido o no cumple con la
legislación de referencia para su actividad.

Bajo este concepto de
administración y de management se engloban un
conjunto de prácticas, estrategias y
sistemas de
gestión
empresariales que persiguen un nuevo equilibrio
entre las dimensiones económica, social y ambiental.

Como parte de la RSC destaca el interés
por la sostenibilidad. Además, caben en ella las
prácticas relacionadas con el buen gobierno de las
compañías, como son: la democracia
corporativa
(las relaciones de poder al
interior de la empresa); el
espíritu de cooperación de la empresa
(kyosei en japonés) con sus clientes,
proveedores,
competidores, gobiernos; los compromisos de transparencia que
adquieren las empresas con la sociedad y que
se hacen efectivos a través de la rendición de
cuentas en forma,
normalmente, de informes o
memorias
anuales verificables por organismos externos; la ciudadanía corporativa entendida como los
derechos y
obligaciones de la empresa dentro de la comunidad a la
que pertenece. [1]

El concepto de responsabilidad social no es nuevo.
Aunque como idea ya se le había tomado en cuenta en la
primera parte del siglo veinte, su estudio moderno tuvo como
pionero a Howard R. Bowen quien, en 1953, sugirió que las
empresas deberían tomar en cuenta las consecuencias
sociales de sus decisiones. Desde el aporte de Bowen hasta la
actualidad, se puede observar que la responsabilidad social como
corriente a pasado por una primera etapa filosófica
(década de los sesenta), seguida de una etapa en la que se
especificaron las responsabilidades de las empresas y se
trasladó el discurso
filosófico a la gestión
empresarial (década de los setentas), luego se
presentó una tercera etapa en la que se integra el
discurso socialmente responsable a la dirección estratégica a
través de la teoría
de los stakeholders (década de los ochentas). A
partir de los noventas ya no se considera a la responsabilidad
social empresarial como un fenómeno aislado dentro de la
empresa sino que atraviesa transversalmente a las diferentes
áreas de la
organización. En 1996, Peter Drucker complementa este
punto de vista afirmando que နcada organización debe asumir la plena
responsabilidad por el efecto que tenga en sus empleados, en el
entorno, en los clientes y en cualquier persona o cosa
que toque. Eso es responsabilidad social".[2]

La mayoría de las definiciones de la
responsabilidad social de las empresas entienden este concepto
como la integración voluntaria, por parte de las
empresas, de las preocupaciones sociales y medioambientales en
sus operaciones
comerciales y sus relaciones con sus interlocutores.

Antecedentes:

1. Evolución de la RSE en el
mundo:

La Responsabilidad Social es un concepto que aparece en
forma explícita a mediados del siglo XX. Sin embargo, se
puede afirmar que en términos éticos y morales
ésta ha estado
presente desde los inicios de la historia de la humanidad a
través de normativas para garantizar correctas
prácticas comerciales.

En las culturas Griega y Romana las actividades
comerciales fueron consideradas como un နmal
necesario" apareciendo restricciones filosóficas sobre
el trabajo de
los mercaderes. Posteriormente, en la edad media
continúan las restricciones religiosas planteadas por la
iglesia
católica que consideraba como despreciables a las
actividades comerciales y de negocios.
Hacia el siglo XIII, ante el crecimiento del comercio en
las ciudades europeas, Santo Tomás de
Aquino estableció el concepto del precio justo
determinado por los mercados y los
márgenes de utilidad
razonables obtenidos en el proceso de
comercio.

La ideología Judía favorable al
capitalismo,
la reforma y el nacimiento de la ética
protestante hacen que el comercio ya no sea visto como una labor
denigrante. Entre los siglos XV y XIX el comercio y las industrias crecen
de forma sostenida, convirtiendo a la ética capitalista en
un eje fundamental del desarrollo de
la humanidad.

Luego de la revolución
industrial de fines del siglo XIX, las empresas cobran un rol
mucho más protagónico en el sistema. Sin
embargo, a raíz de la crisis de
1929, la labor empresarial es cuestionada, optándose por
estados con mayores atribuciones Å“ lo que se mantuvo
hasta pasada la segunda guerra mundial.
Es a partir de la década de los cincuenta que las
compañías empiezan a consolidarse. Así, las
grandes corporaciones empiezan poco a poco, a manejar los hilos
de la economía
mundial hasta llegar a la situación actual en que las
grandes empresas son más poderosas, en términos
económicos, que la mayoría de los países. En
esta consolidación, se han sugerido una serie de
obligaciones a la labor empresarial, las cuales toman cuerpo en
lo que se conoce como Responsabilidad Social Empresarial y que se
fundamentan en la importancia de las mismas en le sistema.
[3]

2. Evolución de la RSE en Latinoamérica:

En lo que se refiere a Latinoamérica, las
primeras manifestaciones del movimiento de
responsabilidad social, se presentaron en la década de los
sesenta así, en 1965 a parece la Asociación de
Reguladores Cristianos de las Compañías del
Brasil (ADCE),
que para 1977 mutaría a la ADCE UNIAPAC Brasil, que es una
institución que se preocupa por difundir el concepto de
responsabilidad social no sólo en Brasil, sino en toda la
región. En la década de los ochentas el tema
empieza a tener un mayor protagonismo en América
Latina, desarrollándose seminarios y eventos.
Así mismo, algunas empresas brasileras empiezan a utilizar
de manera incipiente el Balance Social.

En los noventas, comienzan a aparecer una serie de
instituciones
promotoras del tema como Perú 2021 (1996), el instituto
Ethos de Brasil (1998), Acción
RSE (2000), Fundemos de El Salvador
(2000), entre otras.

En el año 1997 un grupo de 150
empresarios y líderes civiles representantes de diferentes
regiones de las Américas, se reunieron en un congreso
pionero en Miami donde se lanzó la idea de una alianza
hemisférica de organizaciones
empresariales de RSE y otras (ONG`s,
Universidades e Instituciones Públicas) consiguiendo
así la creación de Forum Empresa. Actualmente la
red cuneta con 16
miembros y su sede se ubica en Santiago de Chile.

3. Consolidación de la responsabilidad
Social:

En la evolución e historia de la responsabilidad
social en el mundo, se pueden apreciar una serie de hechos que
han determinado su consolidación para inicios del presente
siglo: creación de organizaciones específicamente
de responsabilidad social, iniciativas de gobiernos e
instituciones mundiales. Así, en el año 2000, el
Reino Unido creó el Ministerio de Responsabilidad Social
Corporativa y en el año 2002, en Francia se
decide la formación del Ministerio de Desarrollo
Sustentable. Cabe mencionar que en estos dos países es
obligatoria la presentación de reportes sociales que
acompañen a los informes financieros de las
empresas.

En este sentido, se puede afirmar que existen tres hitos
fundamentales en la consolidación de la responsabilidad
social, estos son: el Global Compact, las Metas del Milenio y la
Declaración de la Ciudadanía Corporativa en el
marco del World Economic Forum.

¿Que es una empresa
socialmente responsable?
[4]

Podríamos afirmar que es una organización
competitiva en términos económicos, que intenta
cumplir de manera excelente sus cometidos para continuar
siéndolo y asegurar su pervivencia. Pero ello obviamente
no es suficiente, debe dar también respuesta satisfactoria
a los siguientes seis requisitos:

1) Ofrecer productos y
servicios que
respondan a necesidades de sus usuarios, contribuyendo al
bienestar.

2) Tener un comportamiento
que vaya más allá del cumplimiento de los
mínimos reglamentarios, optimizando en forma y contenido
la aplicación de todo lo que le es exigible.

3) La ética ha de impregnar todas las decisiones
de directivos y personal con
mando, y formar parte consustancial de la cultura de
empresa.

4) Las relaciones con los trabajadores han de ser
prioritarias, asegurando unas condiciones de trabajo
seguras y saludables.

5) Ha de respetar con esmero el medio
ambiente.

6) Ha de integrarse en la comunidad de la que forma
parte, respondiendo con la sensibilidad adecuada y las acciones
sociales oportunas a las necesidades planteadas,
atendiéndolas de la mejor forma posible y estando en
equilibrio sus intereses con los de la sociedad.

Principales Responsabilidades Sociales de las
empresas con los trabajadores y la comunidad:

 Servir a la sociedad con productos
útiles y en condiciones justas.

 Respetar los derechos humanos
con unas condiciones de trabajo dignas.

 Procurar la autocontinuidad de la
empresa.

 Respetar el medio ambiente.

 Proporcionar un empleo lo
más estable posible.

 Favorecer una formación permanente que
asegure la cualificación de

los trabajadores, y su crecimiento
intelectual.

 Facilitar la reinserción laboral a una
persona accidentada.

 Participar en proyectos de
desarrollo local y regional.

 Ayudar benéficamente a colectivos
necesitados.

III.- PROBLEMAS
JURIDICOS EMPRESARIALES

Los graves desequilibrios de la
sociedad:

La globalización, trajo consigo el libre
comercio y el abaratamiento de las comunicaciones
y el transporte,
pero a su vez evidenció graves desequilibrios existentes.
Según el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales de
España [5], se pueden dar
algunas cifras significativas: de los 25 trillones de euros que
constituyen el producto bruto
mundial, dos terceras partes corresponden a 53.000 empresas
multinacionales y sus 400,000 empresas auxiliares y la
facturación de algunas multinacionales supera el Producto
Interior Bruto de muchos países en vías de
desarrollo. Lo que demuestra que el poder económico real
está en manos de las grandes empresas, que con sus
políticas, además de gobernar los
mercados pueden condicionar a los propios gobiernos de las
naciones.

Por tanto, si el poder está en las empresas,
deben ser éstas las que inicien acciones serias para
resolver los problemas de desigualdades sociales y pongan en
práctica medidas para conseguir la salvación
medioambiental del planeta. Lo que no debe ir en detrimento de
los importantes esfuerzos que los gobiernos de los países
deben seguir haciendo, en especial los de los países
más ricos. Las Administraciones Públicas pueden
jugar un importante papel como movilizadoras de proyectos
sociales en colaboración con la sociedad civil.
En este mundo aparentemente próspero hay 1.300 millones de
personas que tienen acceso a menos de un euro diario de renta y
2.000 millones (1/3 de los habitantes del planeta) carecen de
acceso a luz
eléctrica, agua corriente
o las más elementales condiciones sanitarias. Tampoco
podemos olvidar el grave deterioro medioambiental del planeta,
con algunos de los países más desarrollados a la
cabeza de la
contaminación y los más pobres degradando los
recursos
naturales que les quedan. Las empresas que intervienen en
este proceso contaminante, dentro o fuera de sus países de
origen, asumen graves responsabilidades y estarán cada vez
más en el punto de mira en esta sociedad
global.

La globalización tiene paradójicamente una
doble visión, por un lado facilita el desarrollo de las
economías emergentes al facilitar la actividad empresarial
en regiones de menores costes salariales, beneficiándose
de las tecnologías más avanzadas que no tienen
fronteras, pero por otro lado ha acrecentado los desequilibrios,
permitiendo que las diferencias entre países ricos y
pobres aumenten. Como respuesta natural surge el imparable
fenómeno de la inmigración con el tremendo coste humano y
social que representa, aunque en principio aporte beneficios
económicos a las sociedades
oferentes y receptoras de mano de obra. Evidentemente en Europa
éstos son mayores por sus bajos índices de
natalidad. Pero no olvidemos que las reacciones ante los aspectos
negativos de la
globalización son cada vez más duras y
exigentes y ésta va teniendo un creciente número de
detractores en los supuestos estados de bienestar como en el que
estamos.

Pero la globalización lleva también
asociada una mayor transparencia de la información con la ayuda e
implicación de los medios de
comunicación, permitiendo conocer con más
facilidad los abusos que algunas empresas puedan cometer en
países foráneos, por lejanos que éstos sean.
Es ya frecuente que empresas multinacionales dispongan de
grupos
internos de control con
movilidad en los países en los que contratan, para evitar
tales abusos (pago de salarios por
debajo de los mínimos legalmente establecidos,
explotación de niños,
contrataciones ilegales, maquinaria peligrosa no protegida,
condiciones de trabajo deficientes, etc.). Ante determinadas
noticias o
situaciones, independientemente de lo que hagan las propias
empresas, e incluso de que sean positivos los resultados
económicos que obtengan, los activos
intangibles de las empresas (los más importantes) pueden
desvalorizarse con gran rapidez, lo que podría asociarse a
un riesgo de
volatilidad de los mercados
financieros, ante el
conocimiento de actuaciones empresariales
fraudulentas.

Tengamos en cuenta que los ciudadanos corrientes no
estamos dispuestos a consumir productos o servicios, ni estar
cerca, de organizaciones que tengan comportamientos no
éticos, al menos si tenemos conocimiento
de ello.

Críticas y respuestas a las críticas
contra la

Responsabilidad Social Corporativa
[6]

Algunos sectores de izquierda son
críticos de las corrientes que promueven la

RSC por considerar que ésta sirve sobre todo como
una forma de publicidad
empresarial. Ellos destacan la paradoja de empresas nocivas para
la salud o para el
ambiente que pretenden mejorar su reputación mediante un
discurso retórico acerca de la RSC (por ejemplo, una
empresa de cigarrillos que compra el tabaco a
campesinos pobres para contrarrestar las críticas sobre
el
cáncer de pulmón).

Del mismo modo, las críticas que pueden
encontrarse están dirigidas a cómo la empresa
capitalista construye un nuevo paradigma en
cuanto a la intervención directa del capital en lo
que podría llamarse la "gestión del riesgo social"
o del conflicto
social. Es decir: frente a un proceso de acumulación y
concentración de capital a gran escala en el
marco del proceso de Globalización del capital -maximizado
en los ´90-, se ha potenciado también la
concentración del ingreso y por ende la brecha entre ricos
y pobres. Este incremento de la pobreza a
raíz de esa concentración de riqueza en pocas
manos, ha generado exclusión y conflictos
sociales en ascenso. La RSC vendría a dar respuesta por
parte del capital para "gestionar" dichos conflictos a fin de
aplacar su ebullición y generar mecanismos
sistémicos de contención social sin necesidad de
alterar las relaciones sociales establecidas. También las
críticas hace referencia al progresivo alejamiento de las
empresas de fijar sus comportamiento basándose en
parámetros regulados por ámbitos políticos
que representan la conformación de gobiernos elegidos
democráticamente por voluntad popular (como ser la
readaptación de derechos del Pacto de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales de la ONU, o del Pacto
de Derechos Civiles y Políticos de la ONU) y reemplazarlo
por normativa autorreferenciada (como la ISO 26000, que
contiene redefiniciones sobre esos temas), es decir no
consensuada con ningún otro sector mas que el empresario.
Otra de las críticas que también tiene que ver con
el objetivo de la RSC es en cuanto a la tendencia a la
liberalización y mercantilización de la economía: las normas ISO
vienen también a cumplir ciertas necesidades del capital
para globalizar la producción y circulación de
mercancías, pugnando por el "acceso a mercados" (apertura
de mercados nacionales) y la "facilitación del comercio"
(estandarización y liberalización del comercio), en
consonancia con directivas de organismos como la
Organización Mundial del Comercio (OMC).

Otras críticas provenientes de los sectores
sindicales toman parte de esta visión sobre RSC, y a ello
suman su crítica
centrada en el paulatino abandono por parte de las empresas
transnacionales del "tripartidismo" dentro de los
organismos internacionales como la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), donde funciona dicha
práctica basada en la participación de los sectores
empresarios, de los trabajadores y del Estado en el mencionado
organismo para el dictado de resoluciones vinculantes.

Algunos economistas liberales, como Milton
Friedman
(monetarista), consideran que la única
responsabilidad social de la empresa debe ser la
generación de ganancias en favor de sus dueños,
accionistas y trabajadores en un marco de competencia libre
y abierta. Si la empresa sacrificase ganancias en nombre de la
responsabilidad social -piensa Friedman- sería menos
atractiva para inversionistas, trabajadores y consumidores, y a
la larga perecería frente a los competidores.

La RSC no constituye necesariamente una forma de
responsabilidad jurídica, porque bien puede no estar
prevista en las leyes y descansar simplemente en la libre
decisión de las empresas. Sin embargo, incluso cuando no
está respaldada en la ley, la
violación de un compromiso social puede costarle a las
compañías fuertes críticas en la opinión
pública (sanciones mediáticas) e incluso una
pérdida de accionistas (sanciones bursátiles).
Algunos estudios de caso ilustran la manera cómo una
empresa suele tener interés comercial en ser socialmente
responsable. Ello no constituye una respuesta a la crítica
de Friedman (pues el principio de Friedman, el del lucro, sigue
cumpliéndose), sino que la modifica, pues es posible
obtener más ganancias al administrar de manera socialmente
responsable. En las empresas modernas, la Responsabilidad Social
Empresarial es más que un conjunto de prácticas
puntuales, es más bien un programa
integrado y reconocido de prácticas y políticas
socialmente responsables, que soporta la toma de decisiones y
conlleva al éxito
del negocio a largo plazo; sin embargo, la empresa, sigue
funcionando como una entidad cuyo principal objetivo es el lucro,
pero adaptándose a las exigencias de un nuevo mercado cada vez
más preocupado por los problemas
sociales y ecológicos que la misma produce.

Mucho de lo que se relaciona con la RSC es de
cuestión moral. En este
sentido los temas morales bien pueden ser definidos por quien lo
invoca. Por ejemplo, las empresas no pueden establecer
parámetros de lo que ellas consideran que debe ser la
participación social (ISO 26000). Algo más adecuado
sería que el sector al que se hace referencia sobre dicha
participación -en este caso sectores sociales- defina por
sí mismo los parámetros con los que entiende que
debería ser esa participación social, por
ejemplo.

IV.- APORTES Y PROPUESTAS DE
SOLUCION

a) Las empresas que reconocen su responsabilidad
social, se van sumando a diario; sin embargo, muchas de ellas
aún no han adoptado las prácticas de gestión
pertinentes. Cuando las empresas tienen que integrar la
responsabilidad social en la gestión cotidiana de toda su
cadena de producción, sus trabajadores y directivos deben
de adecuarse a romper con el viejo molde y concientizarse de los
nuevos parámetros, todo ello es tiempo e
inversión, que muchas empresas no quieren
asumir.

b) Si bien es cierto que la responsabilidad
social sólo puede ser asumida por las propias empresas,
las demás partes interesadas, en particular los
trabajadores, los consumidores y los inversionistas deben
desempeñar un papel fundamental, en los aspectos
relacionados a las condiciones laborales, el medio ambiente o los
derechos humanos, exigiendo a las empresas adoptar
prácticas responsables sobre el comportamiento social y
ecológico.

c) La acción social de la empresa es
importante, pero evidentemente no es el único
tópico de la RSE, también habría que
discernir todo lo relativo a la aplicación del marco
legislativo en el derecho civil, laboral, ambiental, penal etc.,
y su reglamentación, de lo que se entiende actualmente por
Responsabilidad Social, que más allá de lo recogido
en la legislación, se aplica con carácter voluntario. (Al respecto se
anexa una encuesta
argentina de agosto del 2007 que evidencia el rechazo a legislar
la RSE)

d) A pesar de que, hasta ahora, el fomento de la
responsabilidad social ha correspondido fundamentalmente a
algunas grandes empresas o sociedades multinacionales,
ésta es importante en todos los tipos de empresa y todos
los sectores de actividad. El aumento de su puesta en
práctica en las pequeñas y medianas empresas,
incluidas las microempresas,
es fundamental, porque son las que más contribuyen a la
economía y a la creación de puestos de trabajo.
Aunque muchas PYME ya han
asumido su responsabilidad social, sobre todo a través de
su participación a nivel local, una mayor
sensibilización y un apoyo más importante a la
difusión de las buenas prácticas podría
contribuir a fomentar la responsabilidad social entre este tipo
de empresas.

e) La RSE o RSC, se trata para muchas sociedades
nacionales, de una actividad novedosa de la que aún queda
por hacer una valoración a más largo plazo. La
incidencia económica de la responsabilidad social puede
desglosarse en efectos directos e indirectos. Se pueden derivar
resultados positivos directos, vg. un mejor entorno de
trabajo (que genere un mayor compromiso de los trabajadores e
incremente su productividad), o
efectos positivos indirectos a través del aumento de la
atención que prestan a la empresa
consumidores e inversores, que ampliará sus posibilidades
en el mercado.

f)En los países en vías de
desarrollo como el Perú, los esfuerzos se deberían
centrar en la instauración del marco legislativo o
reglamentario adecuado a fin de definir un entorno uniforme a
partir del cual desarrollar prácticas socialmente
responsables; así mismo, es preciso mejorar nuestros
conocimientos sobre la incidencia de la responsabilidad social de
las empresas en sus resultados económicos y realizar
estudios adicionales al respecto, en esta investigación podrían colaborar las
empresas, las autoridades públicas y las instituciones
académicas.

g) Se debe ofrecer en las carreras empresariales
cursos de responsabilidad social de las empresas a fin de formar
habilidades en los directivos y trabajadores para los retos que
necesitarán en el futuro.

h) Actualmente los consumidores no sólo
quieren productos buenos y seguros, sino
también tener la seguridad de que
se producen de manera responsable desde el punto de vista social.
Para la mayoría de los consumidores, el comportamiento
social de una empresa influye en las decisiones de compra de un
producto o servicio. Esto
crea perspectivas comerciales interesantes, ya que un
número considerable de consumidores afirma estar dispuesto
a pagar más por tales productos, aunque por el momento
sólo lo haga efectivamente una minoría. Las
cuestiones que más preocupan a los consumidores son la
protección de la salud y la seguridad de los trabajadores,
el respeto de los derechos humanos en el funcionamiento de la
empresa y en toda la cadena de suministros (por ejemplo, la no
utilización del trabajo infantil) y la protección
general del medio ambiente, sobre todo la reducción de las
emisiones los gases de
efecto invernadero, o sea los que producen el calentamiento
global. En Estados Unidos y
el viejo continente cada vez se hace más común la
creación de etiquetas sociales por parte de distintos
fabricantes de bienes de
consumo,
incentivados por el mismo mercado, lo cual contribuye
gradualmente a un cambio social
positivo de las empresas, los minoristas y los consumidores. No
obstante, las iniciativas de etiquetado social y ecológico
tienen un alcance e impacto potencial limitados, porque se
circunscriben a nichos específicos del mercado de la
venta al por
menor, y, normalmente a productos importados o de exportación, los cuales están al
alcance de consumidores con alto poder adquisitivo. En
consecuencia, su cuota de mercado está creciendo pero
sigue siendo relativamente reducida.

i)La inversión socialmente responsable
debe ser prioritaria en toda empresa, porque las políticas
responsables en los ámbitos social y ecológico son
para los inversionistas un indicador de buena gestión
interna y externa. En países del primer mundo, la adopción
de estas políticas contribuyen a minimizar los riesgos,
anticipando y previendo crisis que pueden dañar la
reputación y provocar caídas espectaculares del
valor de las acciones.

V.- BIBLIOGRAFIA:

 CANESSA ILLICH, Giuliana & GARCIA
VEGA, Emilio; EL ABC de la Responsabilidad Social Empresarial en
el Perú y en el Mundo; segunda edición, Asociación Perú
2021; Mayo 2007; Lima.

 Asamblea General de la Organización de
los Estados Americanos – Conferencia
Internacional de las Américas (CILA 2006).

VI.-
ANEXOS:

Anexo 1: Perú 2021

PERU 2021 es una Asociación Civil sin fines de
lucro creada por un grupo de empresarios comprometidos con el
país y su futuro. Su misión es
contribuir con el desarrollo de un proceso dinámico a
nivel nacional para el logro de una visión compartida de
largo plazo para el Perú; donde la empresa se convierta en
un motor de
desarrollo e incorpore la responsabilidad social como una
herramienta de su gestión, contribuyendo al mejoramiento
de la calidad de
vida y competitividad
de su entorno. Su visión es ser una institución
empresarial respetada y conocida por contribuir a que el
Perú sea el país que todos aspiramos, como
resultado de lograr que este comparta permanentemente una
visión de largo plazo que oriente el accionar de sus
ciudadanos, gobernantes e instituciones.

Anexo 2: Artículo Latinoamericano relacionado
a RSE

Encuesta evidencia el rechazo a legislar
la RSE (Argentina)

Martes 14 de agosto de 2007

Según la encuesta online realizada por Revista
Sinergia entre
sus lectores, se observa una clara tendencia general a no
legislar la Responsabilidad Social Empresaria. Sin embargo,
cuando se especifican un poco más las preguntas, se
observa que crece el rechazo en el caso de una ley coercitiva y
que, por el contrario, resulta aceptable la idea de incentivar a
las empresas que adhieran voluntariamente a una norma, lo cual,
exigiría una ley.

Ante la pregunta ¿Cree usted que la RSE debe ser
regulada por ley?", el 46% manifestó que en ningún
caso debería ser así, mientras que un 21%
consideró la posibilidad de hacerlo sólo como una
excepción y un 8% restringió esta opción
sólo a algunas cuestiones abarcadas dentro del gran
abanico de temas abarcados por la RSE. Mientras tanto, un 17%
cree que la ley debe tener el mayor alcance posible. La segunda
pregunta, basada en algunas leyes y/o proyectos legislativos,
hizo alusión directa a una ley que "obligara a las
empresas" (sólo a aquellas con determinado número
de empleados, como referencia de su volumen de
incidencia) a publicar un balance social. Las cifras indican que
el 57% cree que esto implicaría un retroceso, o sea que
este tipo de leyes tiene un rechazo aún mayor que una ley
general. Finalmente, la tercera pregunta se refería a otro
de los tópicos comunes en materia de
legislación: el incentivo a las empresas responsables (en
realidad, a aquellas que suscriban voluntariamente a una norma
sobre RSE). El 48% cree que esto sería un impulso,
mientras que el 37% lo ve como algo inconducente. Lo sorpresivo
es que el número de personas que ven viable este inventivo
es mayor que el número de personas que se oponen
terminantemente a una ley, pese a que estas motivaciones deban
generarse necesariamente a partir de una norma…

Más allá de las opiniones sobre estos tres
ítems, hay algo que debe ser remarcado: la palabra ley, no
es bienvenida para los puristas de la RSE, que suelen marcar
justamente como punto de partida de sus acciones responsables el
hecho de que no les son exigibles. Incluso, si se habla de
obligatoriedad o coerción hacia las empresas, la idea de
una legislación es más rechazada. En cambio, si se
pone al frente el discurso sobre un incentivo (y se deja en un
segundo plano la necesidad de una ley como fundamento), las
opiniones dan un vuelco. El eje de este cambio es que la ley
marca
aún más el carácter "voluntario" de la RSE,
según la entiende la mayoría de las
empresas.

Fuente: www.revista-sinergia.com

Por Franck Karlos Reyna Guevara
(*)

notariareyna[arroba]msn.com

(*) Abogado Notario de la Provincia de Rioja,
Departamento de San
Martín.

[1] Wikipedia: (http://es.wikipedia.org/wiki/Responsabilidad_social_corporativa)

[2] CANESSA ILLICH, Giuliana
& GARCIA VEGA, Emilio; နEl ABC de la
Responsabilidad Social Empresarial en el Perú y en el
Mundo"; segunda edición, Asociación Perú
2021; Mayo 2007; Lima; Pág. 15.

[3] CANESSA ILLICH, Giuliana
& GARCIA VEGA, Emilio; op. Cit.; Pág. 25,
26.

[4]
Conferencia Internacional de las Américas (CILA
2006).

[5]
Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales de España
(http://www.mtas.es/insht/ntp/ntp_643.htm)

[6]
Wikipedia:
(http://es.wikipedia.org/wiki/Responsabilidad_social_corporativa)

 

 

Autor:

Franck Reyna Guevara

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